jueves, 17 de septiembre de 2009

Una inmerecida despedida

Dicen los que saben, que la suerte es cuando la pelotita, suavemente impulsada por la raqueta, impacta sutilmente en el borde superior de la red, pegando un leve salto vertical y, al mismo tiempo que imaginamos lo peor, zigzaguea peligrosamente surcando los aires, picando mágicamente dos veces en el campo rival, otorgándonos ese tan deseado punto que, de no ser por la sucesión de aquellos total y absolutamente involuntarios y aleatorios acontecimientos (que de ahora en adelante llamaremos “suerte”), claramente hubiéramos perdido .
Para ilustrar esta hermosa metáfora, podemos identificar al Chototeam con aquel desafortunado jugador que desde el fondo de la cancha ejecuta un poderoso drive invertido, que es devuelto por el número ciento cincuenta mil del ranking con un tibio globito cuyo destino será la situación anteriormente descripta.
La cosa era sencilla. O mejor dicho, clara. 5 victorias en los últimos 5 partidos era lo que necesitábamos para un casi seguro ascenso. A priori, el rival era accesible, al igual que los últimos dos que nos tocarán en la última y penúltima fecha. Por lo tanto, no servía otra cosa que el triunfo.
Sin embargo, durante la semana comenzaron a presentarse los primeros inconvenientes.
Santiago, la principal, y por qué no única, carta de gol del equipo le comunicaba a la prensa que no iba a estar presente en el trascendental partido, mientras que el Mago(rdo) Manuel amanecía con fiebre el mismo día del cotejo.
El Pingüino Gentile aún no se había recuperado de su lesión y la Pantera Huevo viajó a Parque Patricios (ausencia totalmente justificada, ¿cuándo va a volver a ver a Central ganar cuatro partidos seguidos, al menos en Primera?)
El Chino Bárzola se convirtió en la única referencia de área del equipo y Gabriel “elamigodeElfabri” pasó a ocupar un lugar en el banco de los suplentes, esta vez no como técnico sino como posible recambio.
Con el peligroso Tío Aurelio como doble 5 y con Juanchi de líbero, el equipo salió a la cancha a la hora estipulada.
Los otros 7 partidos ya habían comenzado, pero nuestro árbitro se hacía esperar.
Era lo único que le faltaba al Choto, ya que dos de sus jugadores estaban con los minutos contados y ni bien terminara el encuentro debían partir inmediatamente.
El pito llegó media hora más tarde, imposibilitando a los antes mencionados jugadores disputar el segundo tiempo.
No obstante, el equipo entró al campo de juego con mucha actitud y se puso en ventaja por medio de Gabriel luego de un buscapié del Chino.
Rápidamente, el Chototeam se refugió atrás y el Fantasma André comenzaba a ser figura.
El primer tiempo terminó con un merecido 1-0. Ahora quedaba la parte más difícil;
aguantar el resultado durante toda la segunda mitad sin jugadores en el banco de suplentes.

Hasta acá llega mi relato de los hechos, ya que, por obvias razones, desconozco el desarrollo del segundo tiempo.
Lo que sí se sabe es que el glorioso Chototeam cayó 1-2 contra el Tanque, que supo aprovechar el cansancio del rival y dar vuelta el marcador en los últimos 30, dejándolo prácticamente afuera de la lucha por el ascenso.

jueves, 10 de septiembre de 2009

El sueño sigue intacto...

Pasaron ya 8 fechas y todo está muy parejo. Faltando 10 puntos en juego, hay diez equipos separados por sólo 4 puntos.
No nos queda otra que ganar al menos cuatro de los últimos cinco partidos si es que queremos ilusionarnos con el ascenso.
El próximo sábado se va a ver bien para qué está el equipo, ya que habrá varias ausencias por diferentes motivos. La que más se sentirá sin dudas va a ser la del goleador Santiago, lo que permitirá saber si el Chototeam depende pura y exclusivamente de él para conseguir la victoria.
Jugamos contra El Tanque, un equipo muy irregular, que le ganó la primera fecha al Inter, luego perdió 4 partidos seguidos, y ganó los últimos 3 (a Sanzo; que es el primer partido que ganamos nosotros, al puntero Liverpool, y a Banderita; nuestros rivales del sábado anterior)
Hay que poner mucho huevo para lograr los 2 puntos, ya que de otra manera nos alejaríamos ya demasiado de la lucha por los primeros puestos.
Sólo hay que rezar por tener un poco de suerte, porque actitud y ganas es lo que sobra...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Las grises nubes que, sólo unos pocos días atrás, auguraban una tormenta que amenazaba con suspender la séptima fecha, ahora miraban a nuestro querido equipo desde muy lejos. La lluvia nos veía desde muy arriba; desde ese lugar en donde todas las tácticas, las formaciones, las camisetas, los colores, las banderas, se ven más chicos. “Hoy juega el Choto, y lo quiero ver”, diría la lluvia si pudiera hablar.
Y otra vez con la rutina de los sábados; la preparación de la gloriosa indumentaria: la camiseta oficial o alguna azul oscuro con los números hechos con cinta de papel, y juntarse en la casa de Juanchi media hora antes del match, eran ya moneda corriente los días de partido.
"Podemos hacer historia", fue la frase común a todos los jugadores ese mediodía. Claro, cuatro partidos invictos luego de perder los cuatro primeros no era cosa de todos los días.
Por eso, el equipo se levantó con esa sensación extraña; con ese "no se qué" que no se puede explicar, pero que, paradójicamente, todos sabemos qué significa.
El Pingüino “antipintisa” Gentile fue el encargado esta vez de la dirección técnica del equipo, debido a su lesión en el tobillo derecho.
El Messi enano tampoco fue de la partida; el excesivo nivel de alcohol en sangre le ocasionó severas convulsiones que derivaron en su inmediata internación, y fue visitado por todo el plantel luego de concluido el encuentro.
El Tío Aurelio fue otra de las bajas, ya que el horario del partido le coincidió con su clase de yoga de los sábados, y no dudó a cual de los dos eventos concurrir.
La Urraca André fue designada como la alternativa del Tío en el arco. La Araña Elfabri metió carnetazo y jugó a pesar de estar suspendido.
Todos esos inconvenientes tuvo que afrontar el debutante DT neoazzurro en el marco de la séptima fecha del torneo.
Panorama asperísimo para el Chototeam, que salió a la cancha para enfrentar a La Banda de Benito, conjunto que venía pisándole los talones a los punteros.
- “Bueno muchachos, vamos a jugar como lo practicamos en la semana, ok? Ya saben, apenas la tengan, se la dan a Santiago y listo, que se las arregle él”- fueron las indicaciones de última hora que dio el improvisado técnico antes de salir al campo de juego.
El partido fue de por sí trabado en mitad de cancha; ellos, con jugadores de buen pie, con técnica y visión de juego. Nosotros, inmersos en nuestras propias limitaciones, esforzándonos por dar dos pases seguidos y con una asombrosa dificultad para definir.
Maradoniana jugada de Messi, que arrancó por la banda izquierda de atrás de mitad de cancha y, con caño incluido, desbordó al defensor entregándole la pelota servida a Huevo, quien, con el arco a su merced, definió como si tuviera problemas motrices.
La Urraca no hizo extrañar al Tío; salvó dos o tres pelotas importantes y se mostró cuasi-seguro, flaqueando en sólo una jugada en la que dio un rebote infantil.
Juanchi ejecutó un tiro libre excepcional, lástima que le corrieron el arco siete metros para abajo.
El match se encaminaba a un lapidario 0 a 0, cuando misteriosamente la Cobra Di Giácomo se encontró en posición de gol. Su remate dio en un defensor y el balón se elevó en el aire hasta confundirse con el Sol. El rebote le quedó a Juanchi, quien intentó, sin éxito, una volea de zurda, que derivó en una sutil e improvisada asistencia a Santiago, quien con una exquisita palomita empujó la pelota que, pidiendo permiso, cruzó la línea de gol y besó la red para darle una nueva victoria al Chototeam. Así, vaso a vaso, el equipo va escalando posiciones y, a falta de 5 fechas, todavía mantiene intactas las chances de acceder al podio que lo deposite en la segunda división.

martes, 1 de septiembre de 2009

Santiago +5)

Quizá fue porque se chupó poco el viernes…o porque con el correr de los partidos inevitablemente el equipo se iba a empezar a entender…o simplemente porque Santiago estaba inspirado, o debido a una explosiva combinación de todos aquellos factores. También hay quien dice que fue porque el Fepi se quedó estudiando Micro.
No obstante, la única certeza es que el Glorioso Chototeam consiguió el sábado pasado su segunda victoria en el certamen, estirando a tres su seguidilla de partidos invictos, alejándose definitivamente de las turbulentas aguas del fondo de la tabla.
Sin embargo esa no fue la única noticia alegre…el equipo logró su primeros 2 puntos bajo la conducción técnica de alguien; esta vez, el héroe fue Gabriel “elamigodeElfabri”, primer DT en la historia del team que se atrevió a dar indicaciones en el entretiempo: “emm, desde mi humilde punto de vista podría decir que me animo a opinar que estaría bueno que salieran al segundo tiempo sin cambios, ¡¡ojo!! ¡Sólo si todos están de acuerdo!” fue la osada instrucción de Gabriel segundos antes del inicio de la segunda mitad.
Debido la fuerte determinación que dilucidó en la rigurosa orden de su entrenador, el equipo salió motivadísimo a la cancha a comerse vivo al rival.
El Fantasma André volvió a aparecer. El Pingüino Gentile ocupó el lugar del Fantasma, dejándole el total y absoluto protagonismo a Santiago. Juanchi se amigó con el gol. La Cobra se dio cuenta de que su festejo se podía seguir postergando y no jugó de delantero. El Tío se acordó de que los rebotes sólo suman en el básquet. Y Santiago demostró no le dicen Messi sólo por su parecido físico, poniéndose la pilcha de figura y marcando un precioso hat-trick que le permitió al equipo estirar a 3 la ventaja y manejar con tranquilidad los hilos del partido.
Como si fuera poco, el Choto demostró que se agranda en la adversidad, ya que aguantó más de medio tiempo con un hombre menos, ante la infantil expulsión de Elfabri por doble amarilla, y hasta se animó a liquidar el partido sobre el final.
El 4-1 contra Banderita consagró una devastadora actuación del Chototeam, que lo coloca en una posición expectante en la tabla, y lo anima a ir en la búsqueda de una nueva victoria que, esta vez sí, lo catapulte sin escalas hacia la gloria eterna.