Por motivo de la fecha 6 del torneo del batallón, el Chototeam se enfrentaba al poderoso Liverpool, único puntero del certamen, en lo que se suponía una parada bravísima para el conjunto neazzurro.
Como ya es habitual, el Choto estrenó un nuevo técnico; esta vez, la difícil misión de rasguñar un puntito estuvo a cargo del Emperador Capuano, quien debía romper la racha de cuatro partidos perdidos en forma consecutiva con un DT en el banco. El equipo salió a la cancha formando igual que el sábado anterior, haciendo honor al famoso dicho futbolero “equipo que gana no se toca”.
Sin embargo, el líder del torneo se hacía rogar…pasaron 10 minutos de la hora estipulada para el comienzo del encuentro y todavía el consagrado equipo inglés ni pintaba por la cancha 7.
Haciendo oídos sordos a las quejas totalmente justificadas del Chototeam, el árbitro continuó aguardando al impuntual equipo, hasta que, unos minutos más tarde, se dignaron a aparecer.
El juez llamó a los capitanes para el tradicional sorteo, y Juanchi y Gerrard se acercaron al círculo central. “Che, Steven, mirá a la hora que llegan boludo…guarda que si queremos ganamos los puntos sin jugar el partido...”- fueron las palabras del 9 del Choto al intercambiar los banderines de ambos equipos. “No seas mala onda loco…nos atrasamos porque el Niño Torres se olvidó el carnet y el rata no quería pagar los seis pesos en la entrada”- le contestó Gerrard. “Si quieren jugamos con uno menos y después del partido te compro un sandwich de milanesa”- propuso después.
Luego de consultarlo brevemente con el resto del equipo, el Chototeam dio el visto bueno y el partido arrancó nomás…
No fue el mejor partido del Choto, ni mucho menos.
El Pingüino Gentile deberá replantearse varias cosas luego de los dos goles errados tras sendas asistencias del Fantasma André, quien, con excepción de dichas asistencias, fue un espectador de lujo dentro de la cancha.
Quizá otra pregunta sin respuesta sea ¿qué habrá querido hacer la Cobra Di Giácomo cuando, cual defensor rival, puso en órbita el balón, desperdiciando aquella jugada clarísima de gol?
O por ejemplo también, ¿quién puede saber si el Tío Aurelio hace más rebotes cuando juega al básquet o cuando ataja…?
Todas estas son cuestiones que deberán ser charladas en la semana para que no vuelvan a repetirse.
Para el pesimista, se perdió un puntito; se empató un partido que se empezó ganando, teniendo una superioridad numérica dentro de la cancha, que, a priori, tendría que haber sido determinante para mantener, o por qué no aumentar, la ventaja conseguida en el primer tiempo.
Para el optimista, se consiguió un importante punto ante el líder del campeonato; equipo con jugadores de renombre y de roce internacional. Además se logró sacar al menos un empate con un técnico dando indicaciones, y se pudo extender la racha invicta a dos partidos.
En lo que todos tienen que estar de acuerdo es en que este 1 a 1 le va a dar un envión anímico importante al equipo de cara a la segunda mitad del campeonato, alimentando el tan ansiado sueño del ascenso…
Como ya es habitual, el Choto estrenó un nuevo técnico; esta vez, la difícil misión de rasguñar un puntito estuvo a cargo del Emperador Capuano, quien debía romper la racha de cuatro partidos perdidos en forma consecutiva con un DT en el banco. El equipo salió a la cancha formando igual que el sábado anterior, haciendo honor al famoso dicho futbolero “equipo que gana no se toca”.
Sin embargo, el líder del torneo se hacía rogar…pasaron 10 minutos de la hora estipulada para el comienzo del encuentro y todavía el consagrado equipo inglés ni pintaba por la cancha 7.
Haciendo oídos sordos a las quejas totalmente justificadas del Chototeam, el árbitro continuó aguardando al impuntual equipo, hasta que, unos minutos más tarde, se dignaron a aparecer.
El juez llamó a los capitanes para el tradicional sorteo, y Juanchi y Gerrard se acercaron al círculo central. “Che, Steven, mirá a la hora que llegan boludo…guarda que si queremos ganamos los puntos sin jugar el partido...”- fueron las palabras del 9 del Choto al intercambiar los banderines de ambos equipos. “No seas mala onda loco…nos atrasamos porque el Niño Torres se olvidó el carnet y el rata no quería pagar los seis pesos en la entrada”- le contestó Gerrard. “Si quieren jugamos con uno menos y después del partido te compro un sandwich de milanesa”- propuso después.
Luego de consultarlo brevemente con el resto del equipo, el Chototeam dio el visto bueno y el partido arrancó nomás…
No fue el mejor partido del Choto, ni mucho menos.
El Pingüino Gentile deberá replantearse varias cosas luego de los dos goles errados tras sendas asistencias del Fantasma André, quien, con excepción de dichas asistencias, fue un espectador de lujo dentro de la cancha.
Quizá otra pregunta sin respuesta sea ¿qué habrá querido hacer la Cobra Di Giácomo cuando, cual defensor rival, puso en órbita el balón, desperdiciando aquella jugada clarísima de gol?
O por ejemplo también, ¿quién puede saber si el Tío Aurelio hace más rebotes cuando juega al básquet o cuando ataja…?
Todas estas son cuestiones que deberán ser charladas en la semana para que no vuelvan a repetirse.
Para el pesimista, se perdió un puntito; se empató un partido que se empezó ganando, teniendo una superioridad numérica dentro de la cancha, que, a priori, tendría que haber sido determinante para mantener, o por qué no aumentar, la ventaja conseguida en el primer tiempo.
Para el optimista, se consiguió un importante punto ante el líder del campeonato; equipo con jugadores de renombre y de roce internacional. Además se logró sacar al menos un empate con un técnico dando indicaciones, y se pudo extender la racha invicta a dos partidos.
En lo que todos tienen que estar de acuerdo es en que este 1 a 1 le va a dar un envión anímico importante al equipo de cara a la segunda mitad del campeonato, alimentando el tan ansiado sueño del ascenso…
LOGRÓ LA HAZAÑA: el Emperador Capuano, el primer DT en la historia del Chototeam que consiguió arañar un puntito...
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